NUESTRA HISTORIA
El Reino de León tuvo aquí su sede desde el año 910 con García I hasta el 1230 en que fallece Alfonso IX.
En este contexto la Real Colegiata de San Isidoro es uno de los conjuntos románicos más importantes de Europa. Tiene su origen hacia el año 956 cuando el rey Sancho I “el Craso” construye un monasterio en este lugar donde se traslada su hermana, la monja Elvira Ramírez con su comunidad desde Palat del Rey. Con ella surge en este el Infantado de León, una institución jurídica por la cual las infantas ejercen sus derechos de propiedad sobre monasterios y territorios que administran llegando incluso a impartir justicia.
El primitivo edificio se encontraba advocado a San Juan Bautista y a San Pelayo, niño martirizado en Córdoba por Abderramán III y que contaba con una importante devoción.
Posteriormente, el 21 de diciembre de 1063 los reyes Fernando I y Sancha que establecieron aquí su Palacio, deciden traer las reliquias de San Isidoro desde Sevilla cambiando la advocación hasta nuestros días. Sus restos se encuentran al culto en el altar mayor de la actual Basílica.
En 1148 se instalan, a instancias de la infanta Sancha Raimúndez, los canónigos regulares de san Agustín.
En el año 1188 ya con Alfonso IX se convocó en el claustro una curia plena en la que, según ha reconocido la UNESCO, nació el sistema parlamentario europeo.
Cuando la familia real abandonó el palacio, el monasterio siguió su curso hasta que ya en 1956 el obispo de León acudió a la Santa Sede para transformar el cabildo regular en instituto secular garantizando así el futuro de la comunidad de los canónigos que permanecen aquí hasta nuestros días.