EL PALACIO
A mediados del siglo XI, los reyes Fernando I y Sancha construyeron un palacio junto a la iglesia de san Isidoro. De él conservamos dos salas que constituyen dos de los pocos ejemplos de arquitectura civil medieval en nuestro país.
La cámara de doña Sancha se construye a los pies de la iglesia como tribuna real, hasta que en el siglo XII la infanta Sancha Raimúndez transforma el espacio es su estancia personal y su oratorio. Tras la marcha de la familia real, la sala fue reutilizada por los canónigos del monasterio, primero como scriptorium y desde el siglo XVI como Sala Capitular. A este último periodo corresponde la decoración de la sala con unas pinturas murales del siglo XVI inspiradas en el libro de Lucas de Tuy titulado Los Milagros de san Isidoro. En el año 2019 finalizó la restauración de las pinturas gracias a la inversión de fondos FEDER.
La torre defensiva se sitúa sobre uno de los cubos de la muralla romana. El primer cuerpo corresponde al siglo XI y el segundo al XII, cuando su uso se convierte en torre campanario. Es popularmente conocida como la torre del gallo, por la veleta que hay en lo alto y cuyo original se visita en el museo.